Créditos finales. Citas, agradecimientos y algo de cursilería.

No soy muy afecta a las celebraciones decembrinas. Sin embargo, este fin de año es para mi una verdadera fiesta. Ha sido, como muchos saben, un año difícil para mí y por ello no  he querido dejar pasar la oportunidad de agradecer aunque sea por este medio a todas y cada una de las personas que me recordaron que sí, que sigo aquí más que acompañada. Así que ahí les va:

A mi familia, papá y mamá, que me recibieron de nuevo en casa y me rearmaron de los escombros con todo el cuidado y el cariño del que alguien es capaz. A mi hermano, porque la vida nos regaló la oportunidad de estar juntos de nuevo, por la complicidad y por hacerme recordar que lo que nos resta del camino el amor. A Ámbar y Alain, con quienes comparto el dolor de la ausencia y supieron estar cerca con un abrazo o un café siempre a la mano.
A Sandra, a Amalia, a Mariela, César, Donají, César J, Ricardo, Pillo, Tino, Paco Morales Hoil, Rubén, Alejandro C, Aníbal, Óscar, Carlos I, Perla Samantha, Luis David, Juan Carlos, Eduardo, Manuel, Brandon, Juan Pablo Romero y sus ojos negros, a Enrique Palmeros, Patty y Víctor Díaz, por esa compañía y cariño que sentí en todas las formas posibles.
Pero muy especialmente a Nyx, que me recibió con todo el cariño y me devolvió al encanto del mar. A Luis, por siempre confiar, por siempre estar, por los mensajes y las llamadas, porque no quiero una vida sin él. A Saraí por emprender un viaje hacia el norte y los que faltan. A Sofía por todo lo compartido, los abrazos, el viaje que todavía no termina y las historias paralelas. A Silvia, por esa fortaleza que me presta de vez en vez y el monitoreo vía celular y Google Earth. A Adriana, por tres maravillosas semanas, por la preocupación constante y la hermandad elegida. A Karla, por contestar mis llamadas inoportunas, las palabras de aliento y tanto cariño en esos rulos.
Va también un agradecimiento especial para Sara Uribe y Marco Huerta, por su amistad, su cariño, pero sobre todo por darme una razón para salir del encierro, real y metafórico. También va otro para Ceci Saucedo, que me recibió más de una vez en su casa, por las risas, las charlas interminables, la hospitalidad y el cariño.
A todos ustedes y los que seguramente se me escapan, gracias que no me caben, buena vibra y el amor -en n variantes- de este animalito arenoso. Los quiero, y sí, que el que viene sea mejor...



3 comentarios:

Mariela Alatriste said...

Mi querido animalito arenoso, te quiero mucho y la neta, eres de las mejores cosas que el dos mil nueve me trajo. Síguele escribiendo que soy tu fans y queda pendiente un cafecito ahora que regrese al puerto.

Y sí, el 2010 viene con todo.

Sam said...

Gracias por que leí mi nombre por ahí, y por darme ánimos tu también a mí dejándome compartir parte de las cosas que te pasaron en el terminado 2009.
Espero que este 2010 nos traiga buenas cosas, y sobre todo, que nos justifique parte al menos del dolor y la pérdida de los meses pasados.
Te quiero, niña, cuídate y sigue escribiendo.
Sam.

Karla Marrufo said...

...a Nid, por las llamadas no-inoportunas, por la hospitalidad, las anécdotas en el metro, las caminatas, las risas, las visitas y, siempre, por las palabras...