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Crónica plástica de mi pie atardecido
Otra vez camino sobre calles de arena.
Visita la mirada los mismos sitios que una vez:
El viejo árbol de piel incandescente.
La esquina de pez que por la boca muere.
El lustroso callo de inmóviles palmeras.
Deshojo la luz del mar con los dedos del pie izquierdo
(el menos aletargado por la nube; el derecho tiende a permanecer: arco tenso, uñas nubladas, pasos mohosos).
Pero el izquierdo
-el más despejado-
azul en el pulgar y ocre el medio
lazos purpúreos sobre el festivo empeine recién desencorvado.
Sobre el tobillo
el rubor de quien atrapan hurtando migas de sol.