Encuentros
0 Comments
»
1. Encuentro a alguien. En ocasiones es sólo un vistazo, algo tan parecido a arrojar una piedra contra la tensa superficie del agua calma. Así, imposible el roce. No hay mayor contacto que la levísima deformación que la mirada en todo aquello que nos separa. Algo cambia.
2. Encuentro a alguien. Me toca. Besa mis dedos, los hace nudo con los suyos. Me abisma. No es más el espejismo, la reflexión total de quienes miran. Me lleva con él y la pregunta: ¿quién soy? Algo cambia. Cree no saberlo desde el principio. Encuentro a alguien y come de mi plato. Limpia mis pies, cose una a una mis uñas mientras tomamos café en cualquier sitio. Ese alguien duerme en mi cama. A ratos despierta y cruza hacia la almohada contigua. Entonces él es el sueño.
3. Encuentro a alguien. No lo recuerdo, mas algo que me dice habernos encontrado tantas veces. Deseo. Todos los deseados encuentros son uno: el que yo. En ocasiones habría sido una piedra contra el agua calma; de tanto en tanto se decide por abismarme, va más allá y toma mis dedos mientras los besa y los hace un nudo con su boca. Me pregunta mi nombre, no importa, y lo sabe, esa ficción.